En el, a veces, turbio negocio de los medios de comunicación, en los que ya no prima la profesionalidad, sino el interés mediático y el dinero, por encima de todo, aún quedan auténticos profesionales que creen en su trabajo y que lo hacen muy bien, sin otra finalidad que la de realizar bien su cometido.
Ni más, ni menos.
Dede 1996,que comenzé a trabajar en la radio en la televisión de carácter local y provincial, he conocido a un buen puñado de "meapilas", "enchufaos", "egocéntricos que se creen dios por presentar un programilla de radio o tv", "tontos/as del bote", "jefes/as amigos que no lo son", ""esponsables tramposos que no pagan"...etcétera.
Aún así, gracias a mi fe bendita, aquella arraigada desde mi confirmación sacramental cuando tenia 14 años, continuo poniendo la otra mejilla,sin miedo y con incombustión, para así, poder contar algún dia a alguién, que lo intenté, muriendo con las botas puestas.
Más información en el INEM.
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